Las páginas de este libro recogen las vivencias de personajes y de tiempos pasados, donde el modo de vida, las tradiciones y los avatares de épocas anteriores, amoldaron la forma de ser y de actuar de las gentes sencillas que vivían apegadas al terruño. La suma de todos estos condicionantes han conformado las señas de identidad propias de cada lugar.
Paulino de la Rosa plasma en sus relatos el conocimiento y la idiosincrasia que conforman y dan valor a la esencia más pura de nuestra cultura popular, y que se transmite como herencia de una generación a otra.
Perder los conocimientos adquiridos por quienes nos antecedieron, y desconocer el modo de vida que llevaron, supone consumar la extinción de un valioso legado que nos identifica como una sociedad con un acervo cultural propio.